Es de todos bien conocido que leer aporta múltiples beneficios. Muchas generaciones hemos dedicado horas de ocio a la lectura y hemos aprendido en la escuela a través de los libros de texto. Leyendo se aumenta el vocabulario, se mejora la ortografía y la expresión. La lectura proporciona modelos de expresión lingüística y potencia el pensamiento y la reflexión dotando al lector de nuevas visiones y conocimientos.
Cuando los niños empiezan a leer consiguen en el primer escalón una lectura mecánica que será una herramienta básica para el posterior aprendizaje. A medida que avanza su control y la velocidad lectora empiezan a desarrollar en paralelo la comprensión indispensable para el estudio de los contenidos de otras materias. Sin una buena comprensión lectora no hay un buen aprendizaje. Un buen lector tendrá éxito en la asimilación de la información. Indiscutiblemente cuando se adquiere la capacidad de comprender y asimilar lo que se lee se entra en la fase de la reflexión, a través de la cual desarrollamos un criterio y emitimos un juicio.En definitiva, hemos aprendido a pensar sobre contenidos desconocidos, sobre otras visiones y vivencias distintas a las nuestras. Somos más independientes y menos manipulables porque somos capaces de reflexionar sobre los hechos a través de variadas fuentes de información desarrollando un criterio propio. Leer enseña a pensar.
En la actualidad se observa que las nuevas generaciones de niños y jóvenes, que ya son nativos informáticos, carecen de hábitos de lectura y son fácilmente manipulables. Obtienen la información usando las nuevas tecnologías, así como las incluyen en sus tiempos de ocio. Las redes sociales proporcionan un intercambio de opiniones a debate y Google se convierte en la fuente del conocimiento, es el maestro Google, el médico, el farmacéutico o el terapeuta Google. Los libros pasan a un plano muy secundario y en raras ocasiones constituyen un divertimento.
Las nuevas pedagogías obstaculizan el esfuerzo que requiere la lectura porque tienden a sustituir los libros de texto impresos por contenidos virtuales de los mismos para hacerlos más atractivos, potenciando la interacción por encima de la lectura individual y reflexiva mediante la cual se internalizan los conceptos. Es necesario encontrar un punto de equilibrio y proporcionar a los niños y a los jóvenes momentos en la escuela y en la casa para que lean y se habitúen a la lectura sin demonizar por ello el uso controlado de las nuevas tecnologías.
Un libro nos pone en contacto con escenarios y culturas diferentes. Cuando leemos una novela se despierta nuestra creatividad, imaginando y anticipando los acontecimientos. Nos sorprende, nos intriga, emociona y revive en nosotros deseos, emociones e ilusiones. Una novela es una aventura en la que nos fundimos es sus personajes y vivimos ávidamente su historia. Leer también nos aporta conocimiento e información y tras ello las reflexiones pertinentes mediante las cuales formamos nuestro criterio. A través de la lectura liberamos nuestra mente y desarrollamos una visión más amplia y compleja de la realidad basada en una percepción propia.
Buena exposición. Clara y convincente. Enhorabuena.
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Muchas gracias. Es motivador.
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Toda una lección sobre la lectura.
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Lola, he encontrado tu blog y me ha interesado mucho. Con tu permiso me llevo el artículo a mi blog (con tu referencia, por supuesto). Y te sigo… Un abrazo
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Sin problema puedes compartirlo con mi referencia. Agradezco tu valoración e interés. Es muy motivador y da sentido a seguir pensando y escribiendo. Un abrazo.
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