¡Felicidad! que no te alcanzo…
Te persigo y busco con ahínco,
a tientas a penas te palpo.
Cuando creo haberte encontrado
te desvaneces en mis ensueños,
haciendo de esta realidad un sueño
y de él una desesperanza.
Si no puedo ver la luz apareces
como llama encendida
flamante que me ciega las pupilas.
Pronto te apagas al soplar el viento
y ciega sin cayado me dejas en un momento.
¡Qué efímera ha sido tu presencia!
¿ Felicidad dónde te has ido?
¿ Acaso conozco la respuesta?
Te he buscado, te he encontrado y te has marchado,
o es que quizás nunca has estado.