Retomo mi diario después de bastantes años. Me gusta leer las notas escritas de otras épocas y darme cuenta de como sentía y pensaba entonces. De que mis actitudes eran muy distintas y mi concepción del mundo era pequeña y limitada. ¡Cómo cambiamos! o mejor dicho como nos cambia la vida.
Sí, porque la vida es una lección de humildad que vamos aprendiendo a lo largo de los años. Nos vamos despojando poco a poco de esa arrogancia de la juventud, de ese orgullo mal entendido que intenta suplir nuestras inseguridades cuando estamos empezando a caminar por nosotros mismos. La vida me ha enseñado a agachar la cabeza en muchas ocasiones, a saber que hay que pedir ayuda cuando se necesita, a aceptar que hay otros mejores que yo, a dar gracias por lo que recibo gratuitamente, dándome cuenta de que soy vulnerable y frágil.
Ver, entender y aceptar nuestras propias limitaciones con humildad es una labor de toda una vida. Es la lección más difícil y que lleva más tiempo aprender.