El 30 de Enero de cada año en las escuelas y comunidades se reflexiona sobre este preciado bien colectivo, que no todos disfrutan. Muchos líderes mundiales han dejado su vida en aras de este estado de bienestar, que cuando lo tenemos no somos conscientes de ello. Yo diferenciaría dos tipos de paz, aquella que permite a los pueblos y naciones  vivir sin guerras , sin terrorismo, sin crímenes de cualquier tipo, y la  PAZ, con mayúscula, que incide directamente en cada uno de nosotros y de la cual todos somos directamente responsables.

La mayoría de las veces permanecemos ajenos antes las desgracias mundiales pues no nos afectan de manera directa. Estamos inmunizados ante tanta desgracia social. Nos conmueve, pero no altera nuestra rutina, confiando que nunca seamos víctimas de ellas. Podríamos decir que no nos quita el sueño; no por falta de sensibilidad, sino porque es algo lejano a nuestra realidad porque en definitiva no depende directamente de nuestras acciones. No debemos culparnos por ello pero si ser conscientes que nuestro pequeño mundo el vivir en paz es un privilegio que la vida nos regala cada día.

Por otro lado, la inmensa mayoría de los mortales pasamos la vida en busca de la PAZ . Ese estado de conciencia que nos proporciona el buen hacer, la actitud empática con los que nos rodean, la mano tendida a los que lo necesitan, aunque no sepamos quienes son. Esa forma de relacionarnos con los demás evitando la violencia en la acción y en la palabra, el juicio en el pensamiento, la discriminación por las ideas o por cualquier otra condición. La Paz que tanto buscamos y deseamos es la mejor compañera de viaje y todos podemos encontrarla en el camino. Es una actitud que surge de la compasión, de la benevolencia, en una  palabra, del amor al prójimo por mero hecho de ser nuestro hermano en la gran familia universal. Vivir en PAZ y con PAZ es una elección más de la muchas que hacemos en la vida. No parece tan complicado aunque no siempre se consiga.

Terminaré diciendo: » Haz el bien y no mires a quien, simplemente actúa .

       «¡Vive y deja vivir!»

            Lola Velasco