Vivimos en una sociedad mediatizada por sucesos de toda índole: violencia dialéctica, odio exacerbado hacia el oponente, maltrato, abusos… En los medios de comunicación se fomenta el enfrentamiento sin escrúpulos y en las redes sociales todo vale en aras de la libertad de expresión. No puede ser que el cinismo, revanchismo y crueldad se abran camino en el panorama político y social. Esas no deberían ser las actitudes que queremos inculcar a las nuevas generaciones que en pocas décadas cogerán el relevo generacional. Que hereden una sociedad herida por el odio y el rencor está en el hacer de todos.
Debería preocuparnos el rumbo de nuestra convivencia de manera especial y deberíamos reflexionar sobre la ética y moralidad de nuestras acciones. No se pueden conseguir las cosas a cualquier precio,el fin no justifica los medios. No se puede ser juez y parte ni obviar la presunción de inocencia condenando anticipada y mediáticamente a nuestros adversarios. Nuestras acciones y actitudes, en mayor o menor medida, siempre tienen un impacto social no dejando a nadie indiferente. También nuestras palabras y nuestros mensajes repercuten emocionalmente en aquellos a los que van dirigidos. Así mismo, la indiferencia hacia lo reprochable es lo que nos hace cómplices de aquello que más reprobamos.
Está en nuestra mano conseguir un estado de bienestar social que nos permita hacer uso de nuestra libertad democráticamente sin ofensas ni rencores, defender nuestras posturas e ideales desde posiciones muy distantes sin acritud ni ruindad. Que la empatía, la cortesía en las formas y la integridad personal sean valores al alza. Sin olvidar que el respeto a las personas e instituciones debe estar por encima de ideologías y credos, siendo el garante para esa convivencia pacífica a la que mayoría aspiramos.
Lola Velasco
Muy bonito
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Que alegría ver que sigues escribiendo para deleite de tus seguidores,entre los que me encuentro. Me ha encantado el artículo que acabo de leer. Tu reflexión sobre el racismo, siempre desde el lado de la Concordia y la comprensión hacia el otro.
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Muchas gracias. Valoro mucho tu comentario motivador. Intentaré seguir seguir aportando mi granito de arena.
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