
Aunque nuestra madre ya no esté presente, todos los hijos tenemos algo que celebrar en este día. Las vivencias compartidas, su cariño, sus cuidados, su apoyo incondicional y sus consejos sí están presentes y su recuerdo permanece en nosotros como una huella imborrable que nos acompaña toda la vida sabiendo lo afortunados que hemos sido.
Es más fácil valorar su presencia y sus cuidados cuando ya no está que cuando compartimos el día a día. Es entonces cuando ya no tenemos la oportunidad de decirle cuanto la amamos y lo importante que es para nosotros. Por eso dedico estas líneas de reflexión para ensalzar a todas las madres y no olvidar trasmitirles lo que sentimos agradeciéndoles lo que han hecho y hacen por nosotros .